Abrazar y cantar

 

besarkada - abrazo

De súbito abrí los ojos y desperté al cuerpo, para sentir la angustia dentro de mí. Me sorprendió el miedo. Me asusté de sentirlo.

El acelerado bombear de mi corazón, su urgencia de fiel vigía, me arrastró desde del otro lado de los sueños hacia la misma cama en la que tumbado, olí el aroma a limpio de las sábanas, mezclado con el sudor asustado de mi piel infantil.

Habían pasado a penas dos, a lo sumo tres lentísimos e inacabables segundos, cuando desde la cocina sentí cantar a mi madre. Ella, en su habitual ajetreo doméstico cantaba, canciones de las de su época, con aquella dulce manera de deslizar la melodía. Mi madre, sin proponérselo, me rescató del temblor y del susto. Me levanté, como movido por un resorte, recorrí el diminuto pasillo que separaba mi habitación con la cocina y me abalancé sobre ella. La abracé y me abrazó…y me sentí protegido