EL BIENESTAR DE LOS HIJOS/AS ANTE LA SEPARACIÓN DE SUS PADRES Y/O MADRES

La composición de los hogares familiares con hijos/as, está cambiando rápidamente con el aumento de las rupturas de pareja. Este cambio afecta tanto a la estructura familiar como a las relaciones entre sus miembros.

Teniendo en cuenta que la familia es el contexto inmediato y el sistema de apoyo principal de los/as hijos/as, las rupturas de pareja suponen una transición difícil para los/as más jóvenes. La inestabilidad creada por la ruptura, puede generar un desequilibrio emocional y sentimientos intensos, en estos/as, con posibles tasas altas de ansiedad, dificultades interpersonales etc.

Pero el grado de malestar de los hijos e hijas depende de factores diversos. Por un lado, la adaptación del padre y/o la madre ante la nueva situación familiar y personal. Por otro, el apoyo de fuentes externas, como pueden ser los familiares y amigos. Y por último, la relación entre ambos congéneres. Además, la continuidad del conflicto después de la ruptura, puede incrementar la hostilidad en las relaciones, agravando aún más la situación de los/as más jóvenes de la casa, ya que la prolongación del conflicto en el tiempo, puede dificultar el buen desarrollo psicológico, físico y escolar de estos/as chicos/as.

Con todo ello, no nos debemos de alarmar y si buscar la forma de afrontar la situación más adecuada para el bienestar de hijos e hijas. Este afrontamiento supone:

  1.  Mantener una comunicación estable y segura entre los hijos/as con el padre o la madre. Asimismo, buscar un entendimiento adecuado entre la madre y el padre.
  2.  Reorganizar las responsabilidades de los adultos con respecto a sus hijos/as, teniendo en cuenta el bienestar de estos/as.
  3.  Promover la adaptación y la autoestima de los miembros de la familia.
  4.  Mantener los vínculos de coherencia y la unidad familiar.
  5.  Proporcionar apoyos necesarios y seguros a los hijos e hijas.
  6.  Mantener y desarrollar el apoyo social.
  7. Controlar el impacto de la situación para evitar la repercusión negativa en los/as  hijos/as.

En conclusión, se basaría en facilitar una buena adaptación a la nueva situación familiar teniendo en cuenta en todo momento el bienestar de los/as hijos/as.