En una reunión de padres y madres de niños pequeños, comentaban que no había que pedir perdón a sus hijos e hijas. Pensaban que hacerlo les restaría autoridad y daría mal ejemplo, porque demostraría inseguridad y/o debilidad.
Nada más lejos de la realidad y los que ya tenéis a vuestras hijas e hijos crecidos, ya sabéis lo importante que son las muestras de respeto básicas en la familia, porque la línea es muy frágil, sobre todo cuando la confianza y la hormona están tan predispuestas a inflamarse.Para el día a día en el hogar es necesaria la calma, que la bronca y el conflicto llegan solas de la mano del roce y del choque de intereses.
Paso a explicaros los motivos que me llevan a pensar que pedir perdón es muy importante:
▪ Nuestros hijos e hijas, aprenden que no tienen por qué tener siempre razón y que, se puede estar equivocado y seguir siendo buenas personas.
▪ Aprenden que hay que admitir un error antes de poder corregirlo, y que corregir errores es importante.
▪ Descubren que pedir disculpas es difícil, y que hay que ser fuerte para hacerlo.
▪ Ven una muestra de sinceridad, que tal vez no vean en otra parte.
▪ Aprenden que una buena familia repara los malos sentimientos que se producen entre sus miembros.
▪ Aprenden la virtud de perdonar a los demás cuando pierden temporalmente el control.
▪ Aprenden que la disculpa es una forma de reconocer que otra persona es digna de respeto.
En resumen, pedir perdón enseña a respetar a los demás, lo cual nos lleva directamente a respetarnos a nostros mismos.