Septiembre. Muchas madres y padres vuelven al trabajo después de las vacaciones estivales. Las hijas e hijos de éstos aún no tienen clase. Se da el caldo de cultivo perfecto para que uno de esos primeros días laborables del recién estrenado mes la ama o el aita se cojan un tremendo enfado al volver a casa porque han tenido un mal día en el curro y además su chico o su chica no sólo no ha hecho nada en casa si no que, para más inri, la tiene patas arriba. ¿Qué ocurre? Pues que el progenitor o progenitora pierde el control, pega cuatro gritos y puede que, encima, luego se acabe arrepintiendo. Y además de ello, ¿ha servido para algo? Queremos decir que, más allá de descargar frustración, ¿el chaval o chavala habrá aprendido algo?
Con todo, dado que, como hemos dicho, llegan fechas en las que es muy posible que se de una situación como la descrita en el párrafo anterior, dejamos aquí una serie de pautas que quizá puedan venir bien para precisamente eso, no perder el control o mantener la calma:
– Ser conscientes de que estamos muy enfadados y tomar la decisión de no reaccionar, de no dejarnos llevar por esa ira que nos invade.
– Recuperar la serenidad, para ello puede sernos útil irnos de la estancia, esperar cerrando los ojos o apartar la mirada, contar hasta 10, etc, de tal manera que tengamos el espacio y el tiempo que necesitamos para recuperar la serenidad.
– Cuando nos hayamos calmado utilizar frases que describan los hechos, dejando de lado las descalificaciones y las acusaciones.
– Recurrir al buen humor es una herramienta poderosísima para suavizar el ambiente, desdramatizar los hechos y volver a la calma.
– Situar en el presente lo que ha sucedido sin añadirle etiquetas adicionales del tipo… “eres un desastre”, “holgazán”, “siempre ….”, “así no llegarás a ningún lado”, “nunca haces …”etc…
– Escribir una nota o una pequeña carta en la que le describamos lo que ha sucedido, cómo nos hemos sentido y lo que necesitaríamos hacer nosotros o que él hiciera para solucionar el conflicto.
– En caso de haber perdido los estribos, pedir perdón o demostrar que sentimos lo sucedido.
Estos son sólo algunos consejos a poner en práctica pero seguro que vosotras y vosotros tenéis otros que usáis en este tipo de situaciones… ¿Nos los contáis?
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