– «Estoy muy triste porque he suspendido todas y mi aita me ha dicho que me van a meter en un internado».
Podríamos calificar esta frase como uno de los clásicos entre las llamadas de broma que recibimos. Y sí, decimos de broma porque, al menos hasta el momento, no hemos comprobado que ninguna de esas llamadas sobre el Internado sean ciertas; y ojo, éso no quiere decir que no existan este tipo de centros en Euskadi.
A donde sí nos ha llevado esa cita es a reflexionar al respecto de ella o, mejor dicho, sobre lo que implican este tipo de «amenazas» por parte de muchas madres y muchos padres. Y es que, al fin y al cabo, si los chicos y las chicas nos transmiten ese castigo es porque, seguramente, lo habrán escuchado muchas veces en casa y, quizás, de tanto escuchar lo acaban ridiculizando.
Por ello, es importante remarcar a las madres y padres que nos leen en este blog la importancia de ser transparentes, francos y que si se anticipa una consecuencia ante un comportamiento negativo de sus hijos e hijas, es conveniente que sea susceptible de ser cumplida. Puro sentido común. Si queremos corregir y, llegado el momento, hay que hacer efectiva la consecuencia o el castigo comunicado, hay que hacerlo, si no el aprendizaje de nuestros chavales y chavalas será que su mal comportamiento, finalmente, no ha tenido ningún tipo de consecuencia y, por tanto, se verán legitimados y legitimadas a repetirlo.
Y, en estos casos, el Mito del Internado es muy recurrido y socorrido para muchas madres y padres, pero, como decíamos, no parece que surta mucho efecto cuando los propios chicos y chicas se lo toman a coña. Alejémonos, pues, del Internado y, puestos a anticipar una consecuencia, elijamos una que sea factible de llevar a cabo.
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