Conversaciones entre padre e hijo (1)

Hijo: Aita, necesito hablar contigo.
Padre: ¿Qué te pasa hijo? Te encuentras mal?
H: No, no es que esté mal. Lo que pasa es que hay cosas que …no se…en mi cuadrilla..no se . Estoy hecho un lío. A veces estoy triste y a veces cabreado. No quiero estar así
P: Bien, pues eso que dices, bien que merece una charla. ¿Cómo lo hacemos?. Ahora es un poco tarde y…
H: No, prefiero que quedemos para mañana. Nos ponemos una hora y hablamos un rato,no?
P: OK. A las ocho de la tarde es buena hora para ti.
H:Vale. Aquí esteré.

Habían sonado las campanas de la iglesia hasta un total de diez veces. Había oscurecido hacia un buen rato y era hora de acostarse. Mañana sería un buen día!!!

La mañana había amanecido soleada, lo que daba una buena excusa para exprimir los últimos estertores vacacionales con una paseadita por la playa y el consiguiente chapuzón fresco y vigoroso.

Padre e hijo, se habían visto en diferentes momentos del día, pero no habían hecho alusión a la quedada, al menos no explícitamente, aunque era obvio que las miradas que se intercambiaban hablaban por si solas compartiendo el mismo deseo de que llegara la hora de la charla.

Tras haber comido en familia, el padre salio a dar un paseo para disfrutar de la calma que se siente por el puerto a la hora de la sobremesa, justo cuando las bulliciosas voces se silencian soporiferamente sobre un colchón.

No hacía más que pensar en su chaval, en si se trataría de algún tema amoroso, de cuadrilla o qué sería lo que tanto le estaba preocupando. El reloj corrió de prisa esa tarde y para cuando se dio cuenta, faltaba un cuarto de hora para estar con su hijo. Llego a las ocho en punto a casa y …(continuará…)